El tiempo es oro, por eso nos gustan los resultados inmediatos, especialmente si hablamos de estética o salud. Los implantes inmediatos y con carga inmediata hacen honor a su nombre y nos permiten lucir una nueva sonrisa en menos de 12 horas, en comparación con las técnicas habituales de implantología, que necesitan hasta 8 meses para que podamos estrenar unos dientes con funcionalidad plena. Pero, ¿puede cualquier persona recurrir a los implantes inmediatos? Vamos a contarte en qué consisten exactamente, cuáles son sus ventajas y requisitos y qué precauciones debemos tener.

La falta de un diente no sólo atenta contra nuestra estética, sino también contra la salud ya que si no lo suplimos puede provocar una reacción en cadena con consecuencias considerables. Cuanto antes nos decidamos a reponer un diente perdido por un golpe o en muy mal estado, mejor. Si decidimos hacerlo justo en el momento después de extraer el diente, estaremos recurriendo a los llamados implantes inmediatos, que reducen radicalmente la duración total del tratamiento. Y si, además, acto seguido se coloca la prótesis (carga inmediata), el tiempo de espera disminuirá desde los 6-8 meses habituales hasta tan sólo 12 horas. Afortunadamente, este protocolo de carga inmediata se ha extendido durante los últimos años en las clínicas dentales especializadas.

Esta reducción de tiempo es posible porque el paciente sólo tiene que someterse a una única intervención quirúrgica en la que, primero, se le extraen los dientes y, acto seguido, se le colocan los implantes y las prótesis. Todo en el mismo día, por lo que el paciente estrena en pocas horas una sonrisa totalmente estética y funcional.

¿Qué diferencia hay con las técnicas habituales?
Un implante, desde el momento en el que se coloca, tarda aproximadamente 8 semanas en integrarse al hueso. Desde los inicios de la implantología el proceso habitual se dividía en tres etapas: 

1. Primera cirugía para colocar los implantes o raíces artificiales y cerrar la encía, dejándolos sumergidos de 3 a 6 meses para que se integren en el hueso.

2. Segunda cirugía para exponer los implantes y tomar las medidas para realizar la prótesis dental.

3. Colocación de la prótesis.

Todo este proceso, que actualmente sigue haciéndose en muchas clínicas, requiere incluso 8 meses desde que se colocan los implantes hasta que el paciente comienza a masticar con la prótesis definitiva. 

¿Cuáles son las ventajas de los implantes inmediatos?
Principalmente, inmediatez y comodidad. Los implantes sometidos a protocolos de carga inmediata son una solución rápida y efectiva que elimina el tiempo de espera de las técnicas tradicionales y que se realiza mediante una sola intervención quirúrgica. Por tanto, ahorran muchos problemas, por ejemplo en aquellos pacientes que necesitan rehabilitar varios dientes y que no podrían comer con normalidad durante varios meses.

Los implantes inmediatos y con carga inmediata nos devuelven la sonrisa y la función masticatoria en un solo día. Aunque las prótesis que se colocan en estos casos son también provisionales (de resina), nos permiten hacer vida normal desde el primer momento. Las definitivas (de porcelana) se colocan una vez que el implante se ha integrado. ¿Por qué no antes? Porque tras la intervención la encía sufrirá algunos cambios y debemos esperar a que vuelva a adaptarse antes de tomar las medidas de la prótesis definitiva; si lo hiciéramos en el mismo momento quedaría desajustada pasados unos meses.

Y yo, ¿puedo optar por la implantología inmediata?
Sólo tu dentista podrá responderte a esta pregunta, y lo hará después de realizar un estudio en profundidad para comprobar, principalmente, un aspecto: la calidad, cantidad y estado de salud del hueso que soportará al implante. Cuando mejor sea su estado, mayores probabilidades de éxito tendrá el tratamiento. Por ello es fundamental el trabajo previo de nuestro dentista y, por supuesto, su habilidad a la hora de colocar los implantes.

Una vez tengamos nuestros implantes inmediatos colocados, debemos seguir una dieta “semidura” durante el periodo de integración (revueltos, croquetas, pescado, pasta, etc., pero no carne, pan o picos) para evitar que sufran pequeños movimientos que podrían hacerlos fracasar. Este requisito, junto con una buena higiene dental, será indispensable para el éxito del tratamiento.

En definitiva, los implantes inmediatos nos permiten recuperar rápidamente nuestra sonrisa, pero es importante elegir a un buen dentista que evalúe si cumplimos con los requisitos y con la suficiente formación y experiencia para ejecutar el tratamiento con las máximas garantías.

|Fuente: David Mello|