Claves para un blanqueamiento dental sin riesgos

Unos dientes blancos no pueden faltar en una sonrisa radiante. Aunque el atractivo de una sonrisa depende de otros muchos factores, el brillo de los dientes es uno de los principales, pero con el tiempo pierde intensidad y recurrimos al blanqueamiento dental. Sin embargo, este tratamiento no es inocuo, por lo que si no se hace de forma profesional puede acarrearnos una serie de peligros para la salud. Por ello, vamos a darte tres claves para un blanqueamiento dental sin riesgos.


El color natural de los dientes y su evolución son diferentes en cada persona. Con la edad pierden su brillo y presentan unos tonos amarillentos o manchas que, en la mayoría de los casos, se deben a factores externos, normalmente relacionados con la comida, una higiene bucodental deficiente, el uso de medicamentos… Pese a ello, unos dientes amarillos no son menos sanos que unos blancos, pero sí menos estéticos.

El blanqueamiento dental se ha convertido en una técnica tan recurrente que muchos lo equiparan a un trabajo de peluquería o manicura, pero no es así. Los tratamientos blanqueantes no son inocuos y si no se realiza por especialistas pueden acarrear consecuencias para los pacientes. Los métodos más utilizados están basados en los peróxidos de hidrógeno o carbamida, y su uso en cantidades efectivas está reservado sólo a odontólogos. Desde el 21 de septiembre de 2011 una directiva europea estipula que los productos que contienen hasta un 0,1% de peróxido de hidrógeno –comúnmente llamado agua oxigenada– son de venta libre, pero los que contengan entre un 0,1% y un 6% sólo están disponibles tras un examen clínico y una primera aplicación realizada por un dentista.

Una concentración elevada y repetida de estos productos puede provocar hipersensibilidad dental, irritación de las mucosas y alteración del esmalte, lo que se traducen en dientes más débiles y con un desgaste prematuro. Para evitarlo, te aconsejamos seguir estas tres claves para un blanqueamiento dental sin riesgos: 

  1. Consulta previamente a tu dentista. No recurras al blanqueamiento dental sin que tu dentista realice un diagnóstico previo para averiguar las causas del oscurecimiento de tus dientes y conocer el estado de salud de tu boca. Los blanqueamientos son ofrecidos por centros no especializados –como clínicas de estética o de depilación– y sin personal cualificado que tan sólo ofrecen contraindicaciones en caso de estar embarazada, ser menor de edad o estar bajo tratamiento médico con tetraciclina –antibiótico antimicrobiano–, pero existen más: el blanqueamiento no es conveniente si tienes dientes con caries, hipersensibilidad o lesiones por desgaste o abrasión.  
  1. Ningún agente blanqueador es totalmente inocuo. Los “productos milagro” también existen en el blanqueamiento dental. Algunas pastas, por ejemplo, pueden ser peligrosas por su alto contenido abrasivo. Las complicaciones y efectos adversos de estos productos suelen estar relacionados con su grado de concentración y tiempo de actuación, y sobre todo con el estado de salud previo de la boca. Por todo ello, el blanqueamiento dental siempre debe ser valorado y supervisado por un dentista.
  1. Desconfía de la publicidad que promete resultados milagrosos. Algunos de los productos blanqueadores que se comercializan como cosméticos tienen considerables efectos adversos. Debemos ser muy cautos con el uso y abuso de estos productos. No obstante, si te decides a usarlos, tras el cepillado realiza un enjuague con un colutorio con flúor y, altérnalo, por ejemplo cada mes, con un dentífrico con flúor.

|Fotografía: Family Dentistry & Dentures|

 

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Escrito por Bucca sana

Bucca sana

‘Bucca Sana in Corpore Sano’ es el deseo de acercar la salud bucodental a todos; un compromiso de Clínica Enrile por difundir los beneficios que están detrás de una boca sana.