Tabaco e implantes dentales: una relación poco recomendable
Con cada calada de un cigarrillo introducimos en nuestro organismo unas 4.000 sustancias farmacológicamente tóxicas, mutagénicas y carcinogénicas. Obviamente, esto no trae nada bueno… El daño que provoca el humo del tabaco en la salud bucodental va más allá de las manchas en los dientes y del mal aliento –halitosis–. La principal amenaza es su relación con la periodontitis –inflamación grave de las encías–, que provoca la pérdida de dientes, y con el cáncer oral, ya que es su causante principal junto al alcohol. Pero aún hay más: la tasa de fracaso de los implantes dentales es dos veces superior entre la población fumadora. La relación entre tabaco e implantes dentales es todavía desconocida por muchos pese a sus consecuencias.


Los implantes dentales, también conocidos como la “tercera dentición”, son el orgullo de la odontología moderna, uno de sus mayores avances. Su tasa de éxito habla por sí misma: según datos de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (Sepa), el 98 % de los implantes se integra en el hueso tras su colocación y, a los 15 años, más del 90 % sigue funcionando adecuadamente. Esto sitúa a los implantes dentales osteointegrados entre las técnicas quirúrgicas con mayor fiabilidad de todas las que se realizan en personas. Sin embargo, el tabaco es uno de los principales responsables del fracaso de los tratamientos de implantes dentales, incluso en aquellos casos en los que no existe ningún otro factor de riesgo adicional. ¿Cómo afecta el tabaco a los implantes dentales? 

  1. Merma la capacidad defensiva frente a agresiones microbianas, puesto que disminuye el aporte sanguíneo al hueso, a la encía y a la mucosa que lo rodea
  1. Altera los tejidos blandos de la boca
  1. Retarda la cicatrización, facilitando las infecciones de las zonas operadas
  1. Disminuye la capacidad de reparación de las lesiones al actuar sobre las distintas células que intervienen en ella
  1. Dificulta el mantenimiento de la salud de los implantes a largo plazo, comprometiendo la duración del tratamiento. El tabaco es un factor de riesgo para que los portadores de implantes dentales sufran enfermedades periimplantarias –inflamación en los tejidos que rodean al implante– una vez que estos ya estén unidos al hueso.

Estos efectos negativos que nacen de la relación entre tabaco e implantes dentales hacen que muchos dentistas recomendemos a nuestros pacientes dejar de fumar en las dos semanas previas a la intervención y durante las ocho sucesivas, favoreciendo así la integración del implante. Precisamente por ello, los tratamientos con implantes se convierten para muchos en una magnífica oportunidad para dejar el tabaco definitivamente.

|Fotografía: Dan Bergstrom|

 

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Escrito por Bucca sana

Bucca sana

‘Bucca Sana in Corpore Sano’ es el deseo de acercar la salud bucodental a todos; un compromiso de Clínica Enrile por difundir los beneficios que están detrás de una boca sana.