La odontofobia existe. Según el Libro Blanco sobre la Salud Bucodental en España, el miedo al dentista es el tercer motivo por el que los españoles no hemos acudido a la consulta en el último año. No es un tópico. Quienes sufren esta fobia retrasan o evitan las visitas al dentista hasta que el dolor o los problemas bucodentales repercuten gravemente en su salud. ¿Cuál es su causa? ¿Podemos atenuarla? Te damos cinco consejos para superar el miedo al dentista.
Podemos distinguir entre fobia y ansiedad, que es un estado inicial de la primera. La ansiedad nos genera cierta intranquilidad ante algunas situaciones, como ir al médico o viajar en avión; y la fobia hace que sintamos un miedo fuerte e irracional que llega a afectarnos en nuestra vida diaria. Por ejemplo, la ansiedad podemos apreciarla cuando nos sudan las manos al viajar en avión, sin que llegue a más, pero si nos planteamos viajar en barco porque somos incapaces de subirnos a un avión, estaremos sufriendo una fobia. En la odontología, los casos de fobia están contados, mientras que las situaciones de ansiedad son más comunes. Las personas que tienen miedo al dentista sienten una ansiedad fuerte e irracional que va más allá del propio odontólogo y se extiende a todo el ambiente que lo rodea: el olor, las agujas, la tecnología sanitaria…
Por lo general, este trastorno tiene dos causas. La primera –y más común–, está relacionada con una experiencia negativa previa, en la infancia o al acudir a una consulta; mientras que la segunda surge tras un proceso de angustia generalizado que la persona experimenta desde hace tiempo sin ser consciente de ello ni haber sufrido una experiencia traumática anterior que la haya provocado.
Que el motivo más común de miedo al dentista sea una experiencia negativa de la infancia explica que los niños sean los pacientes más ejemplares ya que, objetivamente, los tratamientos bucodentales actuales no producen dolor en la mayoría de los casos. Raro es el pequeño que ha pasado por una situación desagradable. Cada vez estamos perdiendo más el miedo al dentista. Las consultas han dado un giro en los últimos años: el clásico olor ha ido desapareciendo; los tratamientos son muy poco invasivos; las agujas, más finas y pequeñas; han incluido música relajante e incluso la opción de distraerse con un DVD o videojuego; y hacen posible que los pacientes que lo requieran reciban sedación consciente.
Aún así, podemos ofrecerte seis consejos para superar el miedo al dentista:
Aunque estos consejos para superar el miedo al dentista pueden ser muy útiles para muchos, lo primordial es que valoremos los beneficios de ir al dentista frente a los problemas y costes de no hacerlo por angustia. Las personas afectadas por la odontofobia deben ser conscientes de que este miedo es contraproducente y actúa contra ellos mismos.
|Fotografía: Marinda Fowler|
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4 de noviembre, 2015 a las 23:54
Personalmente tengo bastante aguante hacia el dolor físico, pero es entrar en una sala de espera de un dentista y se me crea un estado de ansiedad enorme (días antes ya me voy sugestionando). Comienzo a ponerme muy nerviosa, me tiembla todo, siento angustia y muchas ganas de orinar. De hecho, mientras espero voy varias veces al baño. En alguna ocasión, ya sentada en el sillón dentro de la consulta, he tenido que salir disparada al baño. En consecuencia, retraso las visitas al dentista el máximo tiempo posible.
29 de septiembre, 2015 a las 17:06
Mi problema es que el médico en sí me provocó la fobia. Me tuvieron que arrancar bastantes dientes y me hacía tantísimo daño con la aguja para adormecerme la zona y arrancarme el diente (se me empezaba a dormir la zona una vez que ya me había ido del dentista) que empecé a arrancármelos yo de pequeña para no tener que visitarlo. Ahora es sólo pensar en ir y me entra ansiedad, me dan ganas de llorar, pero ahora se me mueve un diente y tengo que ir sí o sí.
¿Algún consejo más para poder superar el miedo?
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Dr. Rafael Martínez Sáez
li class="comment odd alt thread-even depth-1 parent" id="comment-121084">30 de septiembre, 2015 a las 16:33
Hola, Aída:
Sentimos que tu primera experiencia con el dentista fuese tan mala. Es importante que seas consciente de que tu caso es una excepción, es decir, no es lo normal, especialmente en la actualidad ya que los dentistas nos preocupamos mucho por que el ambiente de las clínicas sea lo más agradable posible y los tratamientos, muy poco invasivos, por lo que el dolor ha quedado prácticamente excluido de la odontología.
En este artículo tienes una serie de consejos muy útiles para que tu miedo al dentista vaya desapareciendo poco a poco. Nos gustaría destacarte dos de ellos. El primero, es que elijas a un buen dentista, un profesional con experiencia, con un trato amable y cercano, que dedique el tiempo necesario a explicarte bien tu problema y el tratamiento más adecuado para solucionarlo. De esta forma, el dentista te generará confianza y tranquilidad, por lo que tu ansiedad disminuirá.
El segundo consejo que nos gustaría recalcarte es que no deberías retrasar la visita al dentista hasta el último momento. ¿Tienes coche? Imagínate que nunca llevaras tu coche a revisión y que, un día, de pronto, vieras que en el cuadro de mandos le salta una lucecita amarilla de alarma… Supón que no le prestas atención y sigues conduciéndolo y, al cabo de varias semanas, salta otra luz, esta vez roja, que también ignoras. Probablemente un día se te pararía el coche en plena carretera, con humo saliendo del capó, y al llevarlo al taller comprobarías que todo pudo haberse solucionado simplemente con haber rellenado el depósito de aceite, pero al no hacerlo forzaste el motor y terminaste provocando daños mayores en otros componentes del coche, por lo que finalmente tu coche pasaría semanas en el taller y la factura de la reparación sería astronómica porque ciertas piezas han quedado totalmente inservibles… Con la salud bucodental ocurre algo muy parecido: si no prestamos atención a las primeras señales de alerta (inflamación de encías, sangrado al cepillarnos, etc.), vendrán otras más serias (pérdida de hueso, movilidad en los dientes, etc.) que podrían ser irreversibles y requerir tratamientos mucho más complejos e incómodos y, sobre todo, mucho más costosos. Por tanto, la mejor recomendación es que siempre acudas a tu dentista en cuanto notes el primer síntoma de enfermedad.
Esperamos haberte ayudado, Aída. Recuerda que puedes solicitarle a tu dentista el uso de la sedación consciente, un proceso muy seguro y sin efectos secundarios que puede ayudarte a tolerar esa sensación de miedo o ansiedad.
Mucha suerte en tu visita al dentista. No nos tengas miedo, ya hace mucho que dejamos de ser unos “sacamuelas”
Un saludo.
24 de enero, 2015 a las 04:13
Yo no tengo miedo al dentista, lo que a mí me pasa es que me dan arcadas cuando abro la boca y el especialista empieza a explorarme. Y ya, cuando me tiene que hacer algo, sobre todo en las piezas de atrás, no puedo resistir la arcada y lo paso muy mal. Tan mal que más de una vez me ha tenido que dejar por imposible. Yo intento aguantarme las náuseas, pero no depende de mí, es algo que no puedo evitar.
li class="comment byuser comment-author-admin even depth-2" id="comment-121088">
Dra. Conchita Curull
- · Nunca cojas las citas después de desayunar o de comer. Deja pasar un tiempo para que tu estómago esté vacío.
- · Puedes tomar una medicación para prevenir el vómito, como Primperan. Antes de tomarla, consulta el prospecto para conocer la dosificación según tu edad y peso.
- · El dentista puede ponerte anestesia en la zona del paladar blando (mediante un spray o enjuague), que es la zona donde está el reflejo de las náuseas.
- · Puedes tomar algún ansiolítico antes de la cita para acudir más relajada.
- · Por último, en casos extremos, se puede hacer el tratamiento bajo sedación monitorizada, con la supervisión de un anestesista.
li class="comment odd alt thread-odd thread-alt depth-1 parent" id="comment-7720">26 de enero, 2015 a las 18:04
Hola, María:
En casos como el tuyo, en los que la sensación de náuseas es muy fuerte, puedes seguir unos sencillos consejos que te ayudarán a no pasar un mal rato:
Esperamos que estos pequeños consejos te sean de utilidad en tu próxima visita al dentista.
Gracias por tu comentario.
Un saludo.
6 de abril, 2014 a las 20:46
Este es mi caso. Nunca es buen momento para ir, ¡y cuando te das cuenta han pasado años! Así y todo mi boca está bastante aceptable a pesar de esos retrasos.
He estado un mes leyendo sobre la sedación consciente y buscando clínicas que lo aplicaran, así que me informé bien sobre el tema y ¡ya fui!
Hasta adormilada me movía, así os haréis una idea de lo que me causa ir al dentista. La tensión al empezar la tenia al 13 y terminé con 15 jajajaja Hasta el subconsciente –miedo– podía más que la sedación, pero la verdad que ¡no sientes nada! Y el tiempo pasa más rápido de lo que es en realidad; si estás tres horas, por ej., te parecen 15 minutos. Esto es esencial, no soportaría ese tiempo consciente.
Importante también visitar varias clínicas y ver precios.
Tengo que volver, pero ya voy más tranquila. Lo recomiendo a las personas fóbicas como yo.
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Bucca Sana
26 de enero, 2015 a las 18:17
Gracias por compartir tu experiencia con nosotros, Vicky. Afortunadamente, cada vez nos quedan menos excusas para tenerle miedo al dentista.
¡Un saludo!