30 de
diciembre del
2015 Publicado Por
Dr. Ignacio Arregui En:
Salud bucodental

En invierno bajan las temperaturas, algo que puede suponer un riesgo añadido para nuestra boca. El frío puede llegar a provocar dolor de dientes, grietas en los labios e irritación de garganta. Te contamos cuáles son los principales problemas que podemos sufrir y cómo evitar que las bajas temperaturas pasen factura a nuestra salud bucodental.
- Dientes sensibles. Las bajas temperaturas del invierno, el consumo de alimentos y bebidas calientes y de dulces pueden hacer que la hipersensibilidad dental dé la cara. Si nuestra dentina está expuesta, estos estímulos pueden provocarnos “escalofríos en los dientes”, una sensación dolorosa y aguda. En estos casos es importante que tratemos la hipersensibilidad ya que, aparte de convertir en una pesadilla gestos tan rutinarios como comer o beber, podría favorecer la aparición de enfermedades periodontales y caries en los cuellos de los dientes.
- Labios agrietados. La piel de los labios es una de las grandes sufridoras del invierno. Es tan porosa y fina que se transparentan con facilidad los vasos capilares, de ahí su color más oscuro que el del resto de la piel. Además, la capa semimucosa de los labios no tiene glándulas sebáceas, por lo que no cuenta con la capa protectora de grasa que tenemos en el resto del cuerpo. Los labios se encuentran de forma permanente en un nivel húmedo gracias a la saliva, pero el frío hace que se resequen y agrieten.
- Garganta irritada. “¡Abrígate bien, que te vas a resfriar!” y “Me duele la garganta porque he cogido frío” son frases que seguro que has escuchado –o dicho– más de una vez. Aunque normalmente el dolor de garganta se deriva de una infección por virus o bacterias, el frío también hace de las suyas ya que favorece que éstos campen a sus anchas, sean más estables y estén más tiempo en circulación. Con las bajas temperaturas solemos estar en locales cerrados y agrupados, lo que facilita la transmisión.
Ahora que sabemos lo que el frío puede hacerle a tu boca podemos recomendarte seis medidas para que se resienta lo menos posible:
- Mantén una buena higiene oral. En invierno y en cualquier época del año, porque una buena higiene hará que nuestra boca sea menos propensa a sufrir enfermedades. Evita un cepillado agresivo, cepillos con filamentos duros y pastas dentales abrasivas para mantener tu dentina en buen estado y no tener que preocuparte por la hipersensibilidad dental. En caso de que experimentes sensibilidad, puedes emplear un dentífrico especial (con cloruro de estroncio o nitrato de potasio).
- Hidrátate para que la garganta y los labios no se resequen.
- Limita el consumo de azúcares, los grandes causantes de la caries dental, y de alimentos o bebidas ácidas, que contribuyen a la erosión de los dientes, al igual que las comidas muy calientes.
- Toma vitamina C frecuentemente ya que nuestro cuerpo no es capaz de producirla ni almacenarla. Esta vitamina fortalece el sistema inmunológico y si nos falta puede causar encías sangrantes, problemas en la cicatrización, debilitamiento del esmalte dental y gingivitis. Podrás encontrarla con altas concentraciones en naranjas, kiwis, fresas… Todas ellas frutas ácidas que podrían aumentar la sensibilidad dental, por lo que es muy conveniente enjuagarnos la boca con agua después de tomarlas. Si aún así experimentamos “escalofríos” en los dientes, tu dentista podrá recomendarte tomarla en suplementos.
- Consume vitamina B2 o riboflavinas ya que interviene en el buen mantenimiento y estado de las mucosas. Puedes encontrarla en los lácteos, los vegetales verdes, el pescado, los cereales enteros y los frutos secos.
- Buenos hábitos como lavarse las manos para eliminar las bacterias (también antes de cepillarnos), no gritar en exceso y evitar cambios bruscos de temperatura nos ayudarán a tener una boca sana. Pero, sin duda, el mejor de los hábitos y el rey de los propósitos de Año Nuevo es dejar de fumar. Las consecuencias del tabaco nos nefastas para nuestra boca.
En definitiva, en invierno nuestra boca se enfrenta a una serie de riesgos que pueden provocarnos problemas o bien poner de manifiesto otros que hasta entonces podrían haber permanecido ocultos, como la hipersensibilidad dental. Estas sencillas recomendaciones te ayudarán a evitarlos para que el frío no le pase factura a tu boca.
| Fotografía: Jennifer Brandel |
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Dr. Ignacio Arregui Hurtado
Licenciado en Medicina y Cirugía
Médico especialista en Estomatología
Clínica Arregui
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