Consecuencias de ponerse un piercing en la boca
No venimos a meter miedo. El piercing no es ningún arma de destrucción masiva, pero sí una opción estética o cultural que no debe tomarse a la ligera ya que a veces se convierte en un elemento extraño con el que nuestro organismo no logra congeniar. Los piercings que más complicaciones generan son los de la lengua o los labios, que provocan recesión gingival (pérdida de encía) en más de un tercio de los casos, según un estudio de ‘Dental Traumatology’. Un problema que, si no se trata, puede derivar en la pérdida de dientes.

Las posibilidades de que un piercing oral termine convirtiéndose en un problema dependerán de los materiales que se utilicen, de la experiencia de quien los ponga, de la higiene del procedimiento, de los cuidados posteriores y del tiempo transcurrido desde su colocación. Las consecuencias de ponerse un piercing en la boca son: 

  • Tras su colocación: inflamación, dolor, alteración del gusto, sangrado, aumento de la salivación, dificultades para hablar y masticar, infección y reacciones alérgicas al material. Si el piercing se inserta en la lengua, el riesgo de hemorragia aumenta significativamente debido a la multitud de vasos sanguíneos de este órgano.
  • A medio plazo: fisuras, abrasiones, pigmentaciones, úlceras, crecimiento exagerado del tejido cicatricial o depapilación (pérdida de las papilas gustativas).
  • A largo plazo: la placa y el sarro tienden a acumularse en el piercing, por lo que aumentan las bacterias y se inflaman los tejidos alrededor de este, facilitando la aparición de halitosis (mal aliento). Además, el microtraumatismo continuo del piercing sobre la encía provoca retracción y puede llegar a dañar el hueso que sujeta el diente, por lo que se incrementan las posibilidades de que este termine cayéndose. También causa desgaste y fractura dental.

Entre las consecuencias de ponerse un piercing en la boca pueden surgir incluso complicaciones más graves, como angina de Ludwig, tétanos, hepatitis o abscesos cerebrales (acumulación de pus en el cerebro causada por una bacteria o infección por hongos). Esto se debe a que la boca es un importante foco de infecciones donde residen millones de bacterias, por lo que una perforación aumentaría este riesgo e incluso lo propagaría a otras zonas del cuerpo. Además, el piercing en la lengua dificulta la intubación endotraqueal en casos de traumatismo o intervenciones quirúrgicas.

Las perforaciones orales suelen llevarse a cabo durante la adolescencia, la edad de la rebeldía, por lo que resulta complicado conseguir que los interesados en ponerse un piercing sean conscientes de los riesgos que puede suponer para su salud. Por ello, si estás pensando en ponerte uno, primero ten presente a qué te expones y, luego, decide si asumir el riesgo o no. Por nuestra parte, los dentistas te recomendamos que elijas zonas más inocuas y de menor movilidad donde ponértelo, como la oreja.

|Fotografía: Aaron Dieppa

 

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Escrito por Bucca sana

Bucca sana

‘Bucca Sana in Corpore Sano’ es el deseo de acercar la salud bucodental a todos; un compromiso de Clínica Enrile por difundir los beneficios que están detrás de una boca sana.