El hilo dental: ¿un complemento o una necesidad?
Nadie niega que para mantener los dientes limpios y sanos es necesario usar el cepillo de dientes; muchos dirán que la pasta dental también es un requisito indispensable; y la mayoría, que la seda o hilo dental y el colutorio son tan sólo un complemento para mejorar nuestra salud bucodental. En este caso, como en tantos otros, la creencia popular no se corresponde con la realidad. El cepillo y el hilo dental son los únicos elementos estrictamente necesarios para una buena higiene bucodental; el resto, son extras.
Del cepillo ya dijimos que era el mejor aliado para mantener nuestra boca sana, sin embargo, tras un buen cepillado, dejamos sin limpiar el 40 % de la superficie de nuestros dientes. Para conseguir una higiene óptima es necesario limpiar estos espacios con seda o hilo dental o con cepillos interdentales (cuando el espacio entre dientes es mayor). Los dentistas recomendamos realizar al menos una higiene interdental al día, antes o después del cepillado convencional, ya que ayuda a remover la placa y los residuos que se adhieren entre los dientes, así como la placa subgingival, puesto que el hilo puede –y debe– introducirse un par de milímetros por debajo de la encía.
Pero, si es tan necesario, ¿por qué no solemos utilizarlo? Un estudio de Fluocaril sobre los hábitos de salud bucal de los españoles desveló que las mujeres son las que más utilizan el hilo dental, y pese a ello tan sólo lo hace el 35 % de ellas. La principal razón de su poco uso es la pereza: utilizar el hilo correctamente es sencillo, pero lleva un tiempo adquirir la agilidad para utilizarlo en todos las piezas dentales. Por otra parte, es posible que la encía sangre en los primeros días de utilización, algo que desaparecerá tras un uso diario (en caso de que continuara el sangrado, deberías consultar a tu dentista).
En definitiva, lo que limpia nuestra boca no es la pasta de dientes, sino el cepillo y el hilo dental, sin nada más, mejor en seco ya que tanto la cerda del cepillo como el hilo tienen la propiedad de absorber (¿mojarías una escoba para barrer? Pues esa es la función del cepillo de dientes, de barrido). Los dentífricos y colutorios son vías que los dentistas empleamos para administrar alguna sustancia beneficiosa extra para el paciente, como por ejemplo el flúor, que hace nuestros dientes más resistentes frente a la caries; la clorhexidina, el mejor antiséptico bucal para controlar el biofilm bacteriano; el cloruro de estroncio, que evita la sensibilidad dental; el aloe vera, que parece tener (no existen evidencias científicas) algún poder antiinflamatorio; etcétera.
Haz todo lo posible para el cepillo y el hilo formen parte de tu higiene bucodental. La experiencia nos dice que la sensación de limpieza que deja la seda dental no es equiparable a la de ningún complemento.
|Fotografía: Patricia H. Schuette|
Consejo de experto
Licenciado en Medicina y Cirugía
Médico especialista en Estomatología
Clinica Arregui
