Técnica de cepillado analítico
No nacemos sabiéndolo todo. Sin embargo, hemos dado por hecho que todos sabemos cepillarnos los dientes correctamente, pero no es así. El problema es que no somos conscientes ni solemos reconocerlo, nos avergüenza pedirle ayuda a nuestro dentista para algo tan “básico” y, para colmo, en los medios suelen mostrarnos técnicas de cepillado erróneas. El resultado: una boca enferma. Porque, por mucho que nos cepillemos, lo que importa es la maña. Por ello, os propongo lo que podemos denominar el cepillado analítico, una técnica que nos será difícil de olvidar.

Existen muchas técnicas de cepillado, como las de Bass o Stillman modificada, y todas ellas son igualmente válidas ya que cada una está pensada para un tipo de paciente: niños o personas con poca motricidad, personas con ortodoncia fija, con recesiones gingivales, con enfermedad periodontal… Cada uno de nosotros es diferente y, por tanto, debe seguir la técnica de cepillado que mejor se adapte a sus particularidades. De ahí que sea sumamente importante que recurramos al asesoramiento de nuestro dentista o higienista dental, que sabrá mostrarnos la técnica más adecuada para nosotros.

Pedir consejo a los profesionales es siempre una opción sabia, no debe darnos ninguna vergüenza solicitarles una clase práctica de cepillado dental por muy adultos que ya seamos. Primero, porque el cepillado requiere una buena destreza; y segundo, porque no todos hemos tenido la suerte de que nos enseñen. Además, los higienistas dentales tradicionalmente hemos dado por hecho que los pacientes ya saben cómo cepillarse, pero no es así.

Las claves del cepillado analítico
La técnica de cepillado que os proponemos tiene dos elementos clave: 

    • Cepillo de dientes de cabezal pequeño. Aconsejamos el uso de un cepillo suave de cabezal pequeño, capaz de llegar a todos los rincones de la boca. A mis pacientes adultos suelo recomendarles incluso cepillos infantiles, que suelen ser mucho más fáciles de manejar.
    • Movimiento preciso y masajeador. La técnica es sencilla, tan sólo tendremos que apoyar las cerdas del cepillo en la zona de unión entre la encía y el diente, con una ligera angulación de aproximadamente 45 grados, de manera que ayudemos a que se introduzcan levemente bajo la encía. A continuación, masajearemos esa zona, sin apretar, dedicándole varios segundos a cada diente, uno por uno, con movimientos cortos, primero por la cara externa y luego por la interna; y, por último, cepillaremos las caras oclusales (las que utilizamos para masticar) desde dentro hacia fuera. Es importante que nos creemos una rutina de recorrido, la que queramos, para no dejar ninguna parte sin cepillar, y que dentro de ella incluyamos el cepillado de la lengua, desde atrás hacia adelante.

Con esta técnica centraremos nuestra higiene dental en el primer tercio superior del diente, donde más tiende a acumularse la placa bacteriana, de ahí que lo llamemos cepillado analítico, porque al igual que en los ejercicios deportivos analíticos, enfocamos nuestro esfuerzo en una parte concreta, la que más nos interesa cuidar. El resto del diente, a excepción de los espacios interdentales, que limpiaremos con hilo dental o cepillos interproximales, suele limpiarse por sí solo al masticar alimentos, especialmente si son fibrosos, mediante un proceso denominado autoclisis.

¿Cómo saber si lo estamos haciendo bien?
Estaremos cepillándonos los dientes correctamente si sentimos un masaje suave y agradable en la encía. En el cepillado analítico es muy importante sentir cómo lo estamos haciendo, más que verlo frente al espejo. Normalmente, a mis pacientes les coloco un espejo de mano y les digo que se cepillen como habitualmente hacen; luego, les pido que cierren los ojos y les cepillo exactamente como han hecho, pero esta vez les pido que se centren en lo que sienten mientras les cepillo. Por último, aún sin abrir los ojos, utilizo esta técnica de cepillado para que sientan la diferencia. Es la mejor forma de recordarlo. La poetisa estadounidense Maya Angelou lo dijo de otra forma:

«He aprendido que la gente olvida lo que le dijiste,
incluso olvida lo que le hiciste,
pero nunca olvidará cómo le hiciste sentir
».

|Fotografía: Silent7seven|

 

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Escrito por Ana García

Ana García

Ana García
Especialista en Higiene Dental
Clínica Batanero